Una boda única y especial, se casa tu hermana.
En tu cara se dibuja una gran sonrisa que eres incapaz de concentrarte. Algún compañero de oficio te llama loco por encargarte de las fotos de su reportaje pensando en que no podrás disfrutar de ese día.
Parece que se van cumpliendo todos los patrones de una boda, todos vestidos con las mejores galas, amigos, familia... las prisas porque el reloj corre y los horarios previstos se retrasan.
El novio nervioso a los pies de la Iglesia la recibe vacilando y ya no queda nada para subir a San Gil, hasta que tu hermana rodeada de niños te pide que dejes tu cámara por unos minutos y que seas tú quien la acompañe, entonces ya tus nervios se ponen a mil. Tu hermano, cómplice, se ríe de ti porque era él el encargado de hacerlo. Parece que todos eran cómplices de ese momento e intentas mantenerte algo serio pensando en que tu primo, al que le has dejado la cámara momentaneamente saque alguna foto de ese momento.
Ya llegas a la puerta de la iglesia y le das el relevo a tu padre que espera más sonriente, tanto que parece que ya no necesita el bastón para ayudarse al andar y de repente ni cojea.
Suena la música de Juego de Tronos con los saxofones del cuarteto Asahi y comienza la ceremonia. Una ceremonia muy familiar donde todos tienen su papel. Suben los novios al altar para casarse de cara a todos, una igleisa llena y luciendo brillante. Pensabas que tu cuñado iba a estar nervioso y se le ve tranquilo, la que se delata es ella con sonrisa nerviosa.
Hasta aquí todo transcurre con normalidad, pero tienes una sorpresa que sólo dos personas conocen, te escapas de la vista de los novios durante la consagración corriendo al coro para dejar por unos minutos la cámara y tocar junto con el cuarteto una pieza que sabes que les emocionará a todos. Y es en ese momento durante la comunión, que comienza la música y tu sonido rasgado y tembloroso de trompeta empieza a sonar. Ves que los novios y tu familia se dan media vuelta, sorprendidos. Mientras, has dejado a María sola para resolver la papeleta de las fotos de la comunión, quien con lágrimas en los ojos cubre este momento.
Salimos a la calle, muchos arroz y confeti, vecinos y conocidos se han acercado a la parroquia para compartir con vosotros este día.
Un taxi blanco, espera abajo para irnos de reportaje, el tiempo apremia y sólo tenemos diez minnutos, los suficientes para hacer unas bonitas fotos en el entorno de la trasera de la catedral.
En una boda es importante tener tiempo para todo y para todos, ellos tuvieron el gesto de privarse unos minutos de intimidad para compartir sus flores con los que ya no están pero les tenemos presentes.
Es un día de fiesta, y así lo vivimos, muchos abrazos, muchas sonrisas, muchos besos y alegrías. Tenemos el lujo de trabajar siendo testigos de la felicidad de los demás, una responsabilidad enorme el que siempre lo puedan revivir con nuestras fotos.
Banquete Restaurante Sotopalacios
Decoración - detalles - photocall Atípico
Tocado - Vinile
Música - Asahi
Flores - Lucy